Redacción El diario: Por Maricarmen Almada

El 19 de diciembre, en Luján, el represor Omar Elisendo Hernández fue localizado y detenido por delitos de lesa humanidad cometidos en su paso como comisario de la 1ra. de Moreno durante el terrorismo de estado. El mismo día, ante el juez Daniel Rafecas, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 3, el imputado se negó a declarar y pidió la excarcelación por temas de salud, cuestión que por el momento le fue denegada. Actualmente está alojado en la cárcel de Marcos Paz.

Un grupo especial de la policía aeronáutica detuvo al ex policía de 83 años, que será juzgado por violaciones a los derechos humanos en el marco de la causa N° 14.216/2003, “Suárez Mason, Carlos Guillermo y otros s/privación ilegal de la libertad agravada, homicidio...”, por hechos ocurridos entre 1976 y 1983 en jurisdicción del 1º Cuerpo de Ejército.

Hernández se desempeñó en el CCDT que funcionó en la Comisaría 1ra de Moreno entre el 19 de enero de 1976 y el 15 de enero de 1979, con el cargo de Comisario de Seguridad. En tal carácter, habría intervenido en las privaciones ilegales de la libertad y el sometimiento a tormento de las personas que pasaron por la citada dependencia. Está acusado por los secuestros e interrogatorios de personas “de paso” hacia otros centros clandestinos de detención, torturas y exterminio.

Las víctimas por las que se lo imputa son: Beatriz Boglione, Luis González, Mario Valerio Sánchez -quien permanece desaparecido-, Faustino Altamirano, Indalecio Aristardo Fernández, María Miguens, Raúl Morello, Susana Bruna, José García Carballo, Norma Pérez, José Reinoso y Juan de Dios Medina.

Su detención

“Hernández se creía impune. Hacía mucho que peleábamos por detenerlo” precisó a El diario de Moreno el Dr. Ernesto Lombardi, abogado de la causa. Desde hace ocho años, la Dirección de Derechos Humanos comunal siguió los pasos del represor y envió al juez Rafecas documentación y testimonios de los sobrevivientes. Después, el periodista local Rodrigo Solórzano acorraló al ex policía en una entrevista: “Hernández se había insertado en la sociedad rodriguense que lo avalaba y formaba parte de varias instituciones tradicionales. Hasta que le hice una nota, en ocasión del aniversario de los Bomberos de esa ciudad.

Hernández era miembro de la comisión directiva y avancé por ese camino. Él se confió y siguió hablando. Cuando se dio cuenta, ya estaba muy comprometido”. Al ex policía se lo indagó por violaciones a los derechos humanos y privaciones ilegales de la libertad en el CCDT conocido como “Mansión Seré” o “Atila” en Castelar, y los sitios aledaños que formaban parte del mismo circuito represivo, como las Brigadas Aéreas Primera de Palomar, Séptima de Morón y Octava de Moreno, o las comisarías primeras de Morón y Moreno.

Durante su cautiverio en aquellos centros, las personas eran sometidas sistemáticamente a un trato inhumano: se les colocaba una capucha o venda que les impedía emplear la vista en el centro durante día y noche, con prohibición absoluta de hablar con otras personas y bajo un estado deliberado de inanición y suciedad. “Si nos guiamos por lo que hace habitualmente Rafecas, el ex comisario permanecerá en la cárcel hasta su proceso y luego le podrá otorgar la prisión domiciliaria.

Para resolverlo rápidamente, habilitó días y horarios y se quedó trabajando durante la feria judicial. En este primera instancia, se están condenando algunos casos de la Comisaría 1ra.

Seguramente, luego el juez hará una ampliación de indagatoria para investigar su intervención en la quinta La Pastoril de La Reja” explicó el Dr. Lombardi.