Con una trama que encarna a todos los trabajadores, la historia se basa en un hecho real: la primera huelga hecha en una lavandería de lanas, de Avellaneda, ocurrida en 1904. La obra se desarrolla en dos actos con catorce escenas.

Se trata de una pieza socio política;  un drama que muestra  el trabajo que hacen las obreras  en el suelo y en dos o tres caballetes. Abren ahí los atados de arpillera repletos de vellones de lana virgen (con bosta, orín, abrojos, tierra) y por tacto seleccionan los distintos tipos de hilado. Además hace muchísimo calor, con el gran horno en el centro de la lavandería,  es un verdadero infierno. Y un capataz que las acosaba y las golpeaba con ferocidad.

Sin embargo, la huelga se desencadena, luego del caso de Rosina, la más pequeña del grupo, de tan solo 15 años que había quedado embarazada. En ese tiempo, su estado era causal de despido y la chica finalmente se suicida.

En el segundo acto, se rebelan las trabajadoras  a través de la “Unión Gremial Femenina” que se podría tomar como el primer antecedente gremial del que se tiene conocimiento.

Obra clave

La pieza “Las Obreras” relata un episodio real que resulta propicio para analizar el origen del movimiento obrero ya que se trata de la primera huelga de trabajadoras ocurrida en la Argentina.

Cabe resaltar que los artistas que componen este gran elenco surgieron de distintas audiciones realizadas en los sindicatos que integran la Mesa Intersindical de Cultura de la CGT.

"Es importante ver en escena Las obreras -dice el director Joaquín Bonet- es la posibilidad de  revisar cuáles eran las condiciones de trabajo no hace tanto tiempo atrás, una retrospectiva que nos ayuda a valorar las conquistas sociales logradas a lo largo del siglo XX”.

La autora María Elena Sardi, dedica su obra a Carolina Muzzilli, investigadora de la industria y activista social, quien confeccionó un extraordinario informe sobre las condiciones laborales de mujeres y niños que recurrió a un subterfugio para obtener datos veraces. Para ello se empleó en lavanderías, fábricas y grandes tiendas donde, desde adentro comprobó que ni la patronal ni las obreras decían la verdad.